ACTUALIZACIÓN EN EL TRATAMIENTO INVASIVO DE LA HIPERPLASIA DE PRÓSTÁTA
La próstata es una glándula situada a nivel de la vejiga urinaria cuyo crecimiento origina una dificultad al orinar. Cuando los síntomas son moderados se iniciará un tratamiento farmacológico pero habrá pacientes que no mejoren y precisen de otros tratamientos. Los tratamientos utilizados desde hace mucho tiempo son la cirugía abierta (adenomectomía) o la cirugía transuretral de la próstata (RTUp). Ambas siguen utilizándose en la actualidad dados sus buenos resultados y pocas complicaciones. Al tratarse de técnicas invasivas requieren varios días de ingreso hospitalario y existe un riesgo de sangrado operatorio y postoperatorio. Los pacientes deben permanecer con la sonda vesical varios días, sobre todo en el caso de la cirugía abierta.
Con el objeto de minimizar las posibles complicaciones, han aparecido en los últimos años nuevos procedimientos menos invasivos como son el láser verde (fotovaporización) y recientemente ha aparecido una técnica novedosa que utiliza el vapor de agua inyectado en la próstata (Rezum).
Fotovaporización prostática con laser verde
Este tratamiento se realiza en quirófano y con anestesia raquídea. Es un tipo de tratamiento quirúrgico mínimamente invasivo. Se recomienda para próstatas de tamaño < 70 gr y está especialmente indicada en pacientes mayores o aquellos que padecen enfermedades acompañantes (diabetes, cardiopatías, etc.) o utilizan tratamiento anticoagulante.
El procedimiento se realiza a través del conducto urinario sin necesidad de incisiones o heridas en la piel. La duración de la intervención depende del tamaño de la próstata (60-90 minutos). El láser produce una fotovaporización de la glándula próstatica con un mínimo sangrado
Ventajas:
- Menor pérdida de sangre
- Hospitalización más corta
- Tiempo de sondaje más corto
- Eficaz y segura
Terapia térmica con vapor de agua (Sistema Rezum)
Consiste en la inyección de vapor de agua en la próstata a través de una aguja que se introduce mediante un dispositivo por la uretra. Este vapor de agua provoca la necrosis del tejido (muerte celular) que es posteriormente eliminado. La intervención se lleva a cabo a través de la uretra y no requiere ingreso, por lo que puede realizarse de forma ambulatoria. Es una técnica muy rápida, necesitando menos de 15 minutos. Es conveniente mantener la sonda vesical 3-4 días y se comienza a notar la mejoría a las dos semanas aunque será a partir de los 3 meses cuando se consigan los mayores beneficios.
Ventajas:
- Mínimamente invasiva
- Segura, rápida, sencilla
- Sedación o anestesia local
- Ambulatoria
- Se preserva la eyaculación
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